La “avalancha” del 31-MAR-2017 de Mocoa consistió en un evento fluviotorrencial que afectó gran parte del área urbana del municipio, cubriendo un área total de 4.678 ha (SGC 2018, p.11). Se estima que se perdió la vida de 335 personas y más de 22.324 quedaron damnificadas. 1.461 viviendas quedaron destruidas y 48 barrios se vieron afectados. En mayo de 2017, se presentó una nueva inundación que afectó una parte de la ciudad, y en 2018, un evento similar destruyó 87 viviendas (Palomo López, 2021, p.81-82). Se tienen registros, desde 1947, de por lo menos seis eventos fluviotorrenciales en el río Mulato, tres en la quebrada Sangoyaco y tres en la quebrada Taruca, con víctimas, damnificados y daños materiales (Jojoa, 2003; Robertson y Castiblanco, 2011). 

 “Según cifras del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (IDEAM) y el Servicio Geológico Colombiano (SGC), alrededor del 80% del municipio está expuesto a condiciones de amenaza alta y muy alta frente a movimientos de masa, flujos torrenciales e inundaciones, lo que refleja la complejidad de las condiciones de riesgo y los retos que existen frente a su gestión. Así mismo, desde 1998 se han registrado más de 80 eventos desastrosos en Mocoa, de los cuales 64 (79%) se asocian a fenómenos geomorfológicos e hidrológicos” (DNP, 2017, p.9).

 Esta situación podría agravarse por las actividades de prospección y posterior explotación de minerales en las montañas de Mocoa: “De conformidad con las Determinantes Ambientales de Gestión del Riesgo y Cambio Climático adoptadas para el municipio de Mocoa, Putumayo, el área correspondiente a los títulos mineros FJT-142, FJT-131, FJT-141 y FJT-132 [Proyecto Mocoa de LBC], se encuentra en una zona de susceptibilidad y amenaza Alta a movimientos en masa (incluyendo eventos de avenida fluvio-torrencial con flujo hiperconcentrado) y presenta reportes de eventos recurrentes según el análisis multitemporal del SGC (2018).” (Corpoamazonia, CT-DTP-292-2022, p.28).